Mecanismos de supervivencia de las especies

Para semillas de algunas especies de clima templado, un período de exposición a baja temperatura en un sustrato húmedo es suficiente para promover el cambio necesario en el equilibrio hormonal. Este tratamiento se conoce como estratificación en frío, ya que las semillas se colocan en capas en el sustrato humedecido. Por ejemplo, semillas de especies templadas como melocotón, manzana, pera, ciruela, caqui, Acer spp. y Pinus spp. se deben estratificar en sustrato húmedo, a 5°C (refrigerador o cámara frigorífica), por períodos de 30 a 90 días, según el genotipo, para que se supere la latencia. Cada cultivar, dependiendo de su origen y, principalmente, de sus características genéticas, requiere de un período óptimo de estratificación. Las semillas de otras especies, como las gramíneas forrajeras, requieren cambios bruscos de temperatura o choque térmico para superar la latencia fisiológica; en este caso, las temperaturas diurnas superiores a 30°C y nocturnas inferiores a 20°C son las más adecuadas.

La latencia también puede ser causada por compuestos químicos inhibidores presentes en diferentes estructuras de la semilla que, cuando se translocan al embrión, inhiben su crecimiento. Dado que la mayoría de estos compuestos son solubles en agua, es fácil imaginar cómo se supera esta forma de latencia en la naturaleza: el agua de lluvia o el derretimiento de la nieve filtran dichos compuestos. Así, el lavado de semillas en agua corriente, por un tiempo determinado, es un método eficaz para superar la latencia de semillas que poseen este mecanismo, como remolacha, rosa, pequi y algunas especies de chile.

En varias especies, como yerba mate, araticum, durazno, manzano y ciruelo, existe latencia morfológica, es decir, las semillas se dispersan con el embrión morfológicamente inmaduro. Para que la semilla germine es necesario un cierto período de tiempo, que varía según la especie, hasta el completo desarrollo del embrión. Este mecanismo de latencia también se conoce como inmadurez embrionaria o embrión rudimentario. La estratificación de semillas es el método más adecuado para promover el desarrollo embrionario. Para las semillas de yerba mate se recomienda la estratificación en arena húmeda durante 150 días. En especies de la familia de las rosáceas, como melocotones, ciruelas, manzanas, además de la latencia morfológica, también está presente la latencia fisiológica, es decir, después de que el embrión está completamente desarrollado, todavía no germinará debido al bloqueo fisiológico causado por el crecimiento. -hormonas inhibidoras; en este caso también se recomienda la estratificación en frío (30 a 90 días), que favorecerá la maduración del embrión y modificará su equilibrio hormonal.

En la naturaleza, cada mecanismo de latencia es superado por diferentes agentes. Por ejemplo, los ácidos de la materia orgánica del suelo y/o los del tracto digestivo de los animales dispersores de semillas contribuyen a que la envoltura de la semilla sea permeable al agua; el calor provocado por el fuego o por la apertura de un claro en el bosque también puede actuar en esta dirección. El frío, propio de un invierno riguroso, puede provocar cambios fisiológicos en la semilla, desbloqueando el crecimiento del embrión. Los compuestos inhibidores presentes en las semillas son arrastrados por la lluvia o el agua de deshielo.

Las semillas ubicadas en el suelo a una profundidad inadecuada, si no estuvieran equipadas con mecanismos de bloqueo de la germinación, al germinar, sus reservas se consumirían antes de que la plántula alcanzara la superficie del suelo. Solo cuando se encuentran en una situación en la que predomine la radiación roja (bajo la luz solar directa o situada a 2-3 cm de profundidad en el suelo), germinarán las semillas fotoblásticas positivas, ya que dicha radiación determina cambios en el metabolismo del embrión, orientándolo hacia el desarrollo.

La latencia tiene un significado ecológico importante, otorgando a las semillas resistencia a la ingestión por animales, calor, frío, fuego y otros agentes e interfiriendo en la dinámica de las poblaciones naturales, ya que se relaciona con la adaptación de las plantas a la heterogeneidad de los diferentes ecosistemas, permitiendo la supervivencia de las especies de plantas y asegurar que las áreas abiertas se colonicen rápidamente. La regeneración de comunidades vegetales a partir de semillas depende, en gran medida, de la capacidad de la semilla para “reconocer” si el entorno en el que se encuentra es favorable para la supervivencia de su descendencia. Así, el proceso de sucesión ecológica, que es como se regeneran la vegetación y los bosques, sólo se da gracias a la capacidad de las semillas de diferentes especies y diferentes estados sucesionales de “esperar” la ocasión adecuada para germinar.

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